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25 may 2008
Retrato de Erik Satie. Suzanne Valadon
Agustina de Aragón (retrato de Agustina Atienza Cobos)
Ese año, el consistorio zaragozano concedió una beca a la pintora y la obra fué donada al Ayuntamiento de la ciudad, para ser expuesta en la Exposición Aragonesa de 1885-1986.
Lnks: Otra mujer que luchó por la libertad: Mariana Pineda
"VEJACIONES". O cómo sobrevivir a Suzanne Valadon
24 may 2008
Suzanne Valadon y Erik Satie: arte, música y una relación tempestuosa.
Esta desigual relación comenzó cuando el músico, conocido como el "padre de la música moderna" conoció a Suzanne Valadon, "la terrible Marie", en el Auberge du Clou, un bullicioso y barato local de Pigalle, donde él tocaba el piano (abajo, en la imágen , ca 1890-1990)
Erik Satie compuso dos piezas musicales inspiradas en Valadon... y se las quedó.
Las partituras aparecieron juntas, tras la muerte de Satie, en su habitación de Arceuil.
Artículos relacionados:
- Suzanne Valadon y su hijo, Maurice Utrillo (En Una estantería anexa)
- Maurice Utrillo y su madre, Suzanne Valadon (En Una estantería anexa)
- Suzanne Valadon: "eres de los nuestros" (en los archivos de esta Galería de Mujeres)
- Suzanne Valadon: Bibliografía (Biblioteca de Mujeres Artistas)
-12, Rue Cortot: Musée de Montmartre (Ciudad de las Mujeres: Paris)
MIGUEL UTRILLO MORLIUS (1862-1934)
En 1888 participó en la exposición internacional de Córdoba y finalmente se decidió a abandonar la ingeniería para dedicarse a la pintura, su gran aficción, y a la crítica de arte.
Así en 1889 trasladó su residencia a París, donde se desplazó como corresponsal del diario “La Vanguardia”. Allí entró en contacto con numerosos artistas españoles como Ramón Casas, Santiago Rusiñol o Zuloaga.
En 1891 adoptó a Maurice, hijo de la modelo y pintora Suzanne Valadon, que llegaría a convertirse en el conocido pintor de los rincones y calles de Montmartre, Maurice Utrillo. (En la imágen: Miguel Utrillo y Morlius, Retrato de Suzanne Valadon, 1892)
A su regreso a España participó en las tertulias del café “Els Quatre Gats” de Barcelona y escribió diversos ensayos de Arte como “Joseph Ribera L’Espagnolet” (Nueva York 1908) o “Five Essays on the art of Ignacio Zuloaga” (Nueva York, 1909), además de dirigir la sección de arte de la enciclopedia Espasa-Calpé hasta 1919.
Aunque nunca realizó exposiciones individuales, en 1929 participó en la Exposición Internacional de Barcelona, de la que fue organizador y participó activamente en la creación del Pueblo Español de Montjuïc.En el año 1912 empezó la colaboración con el millonario Charles Deering para la construcción del Palacio Maricel -en Sitges- como lugar para asegurar la conservación de sus colecciones de arte.
21 may 2008
Gabriele Münter: "Las escuelas, Murnau", 1908
Gabriele MÜNTER, notas biográficas
Gabriele Münter, Autorretrato
20 may 2008
Natalia Goncharova: Pesca (Pescadores)
Natalia GONTCHAROVA (1881-1962)
Más:
Berthe Morisot: Pastora desnuda tumbada (1891)
18 may 2008
Diego Rivera: su época europea
En el Museo del Prado, el pintor mexicano estudia y copia obras de Francisco de Goya, especialmente las «pinturas negras» más tardías, y también los cuadros de El Greco, Velázquez y los pintores flamencos. Después de conocer al escritor y crítico Ramón Gómez de la Serna, uno de los más importantes personajes de la bohemia artística y literaria de Madrid, Rivera comienza a moverse en los círculos vanguardistas españoles.
Estimulado por sus nuevas amistades, Rivera se va a Francia en 1909 y sólo volverá a la península ibérica en visitas breves y esporádicas, si bien su evolución sigue estrechamente ligada a sus contactos con artistas e intelectuales españoles.
En París estudia también las obras expuestas en museos, visita exposiciones y conferencias y trabaja en las escuelas al aire libre de Montparnasse y en las orillas de Sena.
En verano hace un viaje a Bélgica y pinta en Bruselas, centro de los artistas simbolistas. Allí conoce a Angelina Beloff. una pintora rusa seis años mayor que él, nacida San Petesburgo en el seno de una familia liberal de clase media. Se había hecho profesora de arte en la academia de arte de San Petersburgo y se encontraba en Bruselas camino de París. Angelina Beloff será durante doce años compañera sentimental de Rivera.
Tras una breve visita a Londres, donde conoce la obra de William Turner, William Blake y William Hogarth, Rivera y Beloff retornan a Francia a finales de año.
En 1910, después de tomar parte por primera vez en una exposición de la «Société des Artistes Indépendants», viaja nuevamente a Madrid. Su beca había caducado en Agosto de aquel mismo año y era hora de ir pensado en el retorno a México y en el transporte de los cuadros pintados durante su estancia en Europa, que iban a formar parte de una exposición con motivo d Simultáneamente Francisco I Madero, opositor al presidente Porfirio Díaz, proclama la revolución mexicana, que durará diez años. Pese a los disturbios políticos, la exposición es para Rivera un éxito, tanto artístico como económico. El dinero obtenido con la venta de sus obras le permite volver a Paris en Junio de 1911, esta vez para quedarse diez años.
Una vez en París, Rivera y Angelina Beloff consiguen una vivienda y emprenden en la primavera de 1912 un viaje a Toledo. Allí encuentran a varios artistas latinoamericanos residentes en Europa y traban amistad con su compatriota Angel Zárraga. Al igual que éste, Rivera estudia la obra del pintar español Ignacio Zuloaga y Zabaleta, y se siente fuertemente atraído por la pintura de El Greco.. Rivera comienza a interesarse por la superposición de formas y superficies en el espacio, que desembocará en un estilo pictórico cubista.
De nuevo en París, Rivera y su compañera Angelina Beloff se instalan, en el otoño de 1911 en la Rue du Départ 26, un edificio en el que tienen sus estudios varios artistas de Montparnasse.
A través de los cuadros de sus vecinos, los pintores holandeses Piet Mondrian, Conrad Kikkert y Lodewijk Schelfhout, que han recibido de Paul Cézanne su forma de expresión artística, Rivera se impregna de estilo cubista. Puede consignarse el año 1913 como el del paso de Rivera al «cubismo analítico» y a la concepción cubista del arte, que cristalizaría en 200 obras pintadas en los cinco años siguientes. Tras los primeros trabajos en esta técnica pictórica, su empeño por desarrollar su propio estilo a base de elementos cubistas y futuristas alcanza su máximo exponente al utilizar una paleta de colores mucho más variada y luminosa, poco usual en la pintura cubista de sus contemporáneos.
La influencia del «cubismo sintético» del pintor español Juan Gris, a quien conoce a principios de 1914, se aprecia cuando Rivera intenta aplicar la composición de cuadrículas típica en el español, en la que cada cuadrícula muestra un objeto distinto y conserva su propia perspectiva. También la mezcla de pigmentos con arena y otras sustancias, así como la aplicación pastosa del color y la utilización de una técnica de collage delatan la influencia de Juan Gris.
Mientras sus obras pueden verse en exposiciones colectivas fuera de Francia, Rivera asiste entusiasmado a las discusiones teóricas de los pintores cubistas. Uno de sus interlocutores más importantes es Pablo Picasso, a quien Rivera ha conocido a través del artista chileno Ortíz de Zárate.
En su primera exposición individual, que tiene lugar en la galería Berthe Weill en abril de 1914, Rivera expone veinticinco obras cubistas, varias de las cuales consigue vender, mejorando así la apurada situación económica del matrimonio de artistas. También puede emprender un viaje a España junto a Angelina Beloff, Jacques Lipchitz, Berthe Kristover y María Gutiérrez Blanchard. Su permanencia en Mallorca se prolonga más de lo previsto debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, haciendo entre tanto un viaje a Madrid, donde Rivera se encuentra nuevamente con el escritor Ramón Gómez de la Serna y otros intelectuales españoles y mexicanos. En esta ocasión toma parte en la exposición «Los pintores íntegros», organizada por Gómez de la Serna en 1915, en la que se muestran por primera vez obras cubistas en Madrid, provocando airadas discusiones y críticas.
Después de regresar de España, Rivera se informa de los acontecimientos políticos y sociales que convulsionan su país a través de amigos mexicanos, que viven en el exilio en Madrid o en París, y de su propia madre, que lo visita en 1915 en París. Aunque México se encuentra al borde del caos y la anarquía Rivera está entusiasmado con la idea de un México sacudiéndose el yugo colonial, de un México devuelto al pueblo mexicano, como proclama el héroe popular revolucionario Emiliano Zapata en su «Manifiesto a los mexicanos».
Un poco más tarde, el matrimonio Rivera-Beloff se aloja en un apartamento cerca de Champ de Mars, en la Rue Desaix, lejos del ambiente artístico e intelectual de Montparnasse. El alejamiento de los pintores cubistas se originó por una discusión de Rivera con el crítico de arte Pierre Reverdy en la primavera de 1917, discusión que André Salmón llamará más tarde «L'affaire Rivera». Durante la ausencia de Guillaume Apollinaire, en los años de la guerra, Reverdy se había convertido en teórico del cubismo. En su artículo «Sur le Cubisme» hace una crítica tan demoledora de la obra de Rivera (y también de la de André Lhote), que en el siguiente encuentro entre ambos, una cena organizada por Léonce Rosenberg, crítico y pintor se van a las manos. Resultado del incidente fue el abandono definitivo del cubismo y la ruptura con Rosenberg y Picasso. Braque, Gris, Léger y sobre todo sus amigos más próximos como Lipchitz y Severini dan la espalda a Rivera, y el cuadro de éste, "Paisaje zapatista", adquirido por Rosenberg, no se expuso hasta los años treinta.
En el mismo año, Rivera comienza a estudiar intensamente la obra de Paul Cézanne, retornando así a la pintura figurativa. Vuelve a interesarse por la pintura holandesa del siglo XVII e inicia una serie de naturalezas muertas y retratos que muestran un fuerte parentesco con la obra de Ingres. Buscando un nuevo realismo expresivo, la obra de Rivera asume finalmente el estilo de Pierre-Auguste Renoir y su utilización del color, recurriendo a veces a elementos fauvistas. Su vuelta a la pintura figurativa encuentra el apoyo del médico y reconocido crítico de arte Elie Faure, quien ya en 1917 había invitado a Rivera a participar en una exposición colectiva organizada por él, bajo el título «Les Constructeurs». Más tarde escribiría sobre el pintor: «Hace casi doce años conocí en París a un hombre cuya inteligencia se podría calificar casi de antinatural. (...) Me contó cosas de México, país donde nació, cosas maravillosas. Es un mitólogo, pensé, o tal vez un mitómano.»
Es también Faure quien suscita en Rivera el interés por el Renacimiento italiano. Discutiendo con él sobre la necesidad de un arte con valores sociales y sobre la pintura mural como forma de representación, se le abren a Rivera amplios horizontes. Alberto J. Pani, embajador mexicano en Francia, que además de encargar a Rivera retratos suyos y de su mujer, había adquirido varios cuadros postcubistas de su compatriota, consigue que José Vasconcelos, nuevo rector de la universidad de Ciudad de México, financie a Rivera un viaje de estudios a Italia. Con una beca en su poder, Rivera parte en Febrero de 1920 para Italia, donde a lo largo de 17 meses estudiará el arte etrusco, bizantino y renacentista italiano. Tomando como modelos las obras de los maestros italianos, los paisajes, la arquitectura y las gentes, Rivera pinta más de 300 bocetos y dibujos, que según su costumbre reúne en cuadernos de apuntes y guarda en los bolsillos de sus chaquetas.
En la primavera de 1920, todavía durante su permanencia en Italia, Vasconcelos es nombrado ministro de educación de México. Bajo el gobierno del presidente Álvaro Obregón. Una de sus primeras iniciativas es un amplio programa de formación popular, que prevé también la pintura mural en edificios públicos como medio de culturización. Después de su regreso de Italia, en marzo de 1921, Rivera se siente atraído por la evolución política y social de México y decide abandonar definitivamente Europa. Deja en París a Angelina Beloff y a su hija Marika, nacida en 1919 de sus relaciones con Marevna Vorobev-Stebelska, una artista rusa a quien había conocido en 1915 y que frecuentaba los msmos círculos que Angelina Beloff. Durante algún tiempo, el pintor mantuvo relaciones con ambas mujeres al mismo tiempo, y en 1917 vivió con la pintora, una mujer de carácter impulsivo que era seis años más joven que él. Al regresar a México, Rivera perdió el contacto con ambas mujeres.
15 may 2008
ANGELINA BELOFF (1879-1969)
Ese mismo año, en Brujas, Bélgica, conoció a Diego Rivera con quien se casó dos años después. En París nació el hijo de ambos, Diego, que murió con sólo catorce meses de edad durante el crudo invierno de 1917, en una época de Guerra Mundial, grandes penurias y miseria.
Tras once años logró reunir el dinero necesario para buscar a Rivera en México. Una vez allí descubrió que se había vuelto a casar dos veces. Cuando se encontraron, Rivera fingió no reconocerla y jamás la apoyó o visitó de nuevo.
Angelina Beloff se quedó en México y trabajó como maestra, dando clases de grabado. Su actividad como ilustradora, siempre presente, se hace notar en la colección de acuarelas para los cuentos "El soldadito de plomo" y "Los cisnes salvajes" de Hans Christian Andersen y "Construir un fuego" de Jack London. Su mayor aportación a la educación mexicana fue el libro que escribió con sus observaciones técnicas, escénicas y difusoras del Teatro Guiñol. Pintó muchos paisajes en donde captó su sentir por lo mexicano. Fue miembro de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y fundadora del Salón de la Plástica Mexicana (1949), participando en varias muestras colectivas.
Angelina Beloff murió en la Ciudad de México el 30 de diciembre de 1969 a los noventa años de edad.
14 may 2008
MAREVNA (1892-1984)
En 1912, a los veinte años, llegó a Paris donde continuó sus estudios de arte y comenzó a mostrar su obra en diferentes exposiciones. Se relacionó con los artistas y escritores que, por entonces, residían en Montparnasse y especialmente en La Ruche, como Georges Braque, Marc Chagall, Jean Cocteau, Ilya Ehrenburg, Maximo Gorki, Max Jacob, Moise Kisling, Pinchus Krémègne, Fernand Léger, Henri Matisse, Amadeo Modigliani, Pablo Picasso, Chaim Soutine…
En 1915 comenzó una relación con el pintor mejicano Diego Rivera, por entonces residente de La Ruche y que aún estaba casado con la artista rusa Angelina Beloff, que estaba embarazada del hijo de ambos, Diego Jr., que sólo vivió 14 meses.
De la relación de Marevna con Diego Rivera nació, en 1919, su hija Marika Rivera, que llegaría a ser actriz de cine y bailarina. Poco después, la pareja se separó.
Homenaje a mis amigos de Montparnasse (1962)(De izquierda a derecha: Diego Rivera, Ilya Ehrenburg, Chaim Soutine, Amadeo Modigliani, Jeanne Hébuterne, Max Jacob, Leopold Zborowski. Delante, de izquierda a derecha: Marevna con su hija Marika, Amadeo Modigliani; Moise Kisling)
BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA:
11 may 2008
Regina Galindo: El cuerpo políticamente incorrecto
3 may 2008
Cine y Arte: Montparnasse 19 (Les amants de Montparnasse)
Género: Cine / Drama
Nacionalidad: Francia, Italia
Duración: 104 minutos
Año: 1957
Director: Jacques Becker
Intérpretes: Gérard Philipe, Lilli Palmer, Lino Ventura, Gérard Séty
Argumento:
Montparnasse es el barrio bohemio de París, lleno de artistas que conviven intentando lograr el difícil triunfo, que muy pocos consiguen. En 1919 residía allí Amadeo Modigliani (Gérard Philippe), arrastrando una tormentosa existencia, ya que su arte no era comprendido y su pobreza sólo era aliviada por el alcohol y las mujeres. Enfermo y borracho, su vida se repartía entre Rosalie (Lea Padovani), una joven tabernera, sencilla pero tan pobre como él, y Beatrice Hastings (Lilli Palmer), una rica y extravagante escritora inglesa que le proporcionaba opio y pagaba sus facturas. Una mañana en la academia de dibujo, Modigliani conoce a Jeanne Hébuterne (Anouk Aimée), una joven burguesa, de la que inmediatamente se enamora. Decidido a iniciar una nueva vida le propone vivir juntos.
Maestro llaman algunos personajes del film a Modi a lo largo del mismo, y esta postura respetuosa que mantienen hacia el artista golpeado en su elegante miseria hace, junto a la manera de narrar/filmar del propio Becker, que el tono del film esté en sintonía con ese atormentado pintor que cita con emoción a Van Gogh mientras se da cuenta de que acceder a ese mundo supuestamente mejor al que quienes le rodean creen que aspira no supone sino rebajarse hacia la mediocridad más extrema. Porque realmente la victoria se encuentra en la derrota, en la venta ambulante de sus dibujos por las mesas de café, en ese fundido en negro que marca el fin de Modi y en el saqueo de su obra ante la inocente alegría de su mujer por parte del siniestro marchand. Ese grandísimo perdedor que era el maestro Modi no se merecía menos.
Un desgarrado retrato captado por Jacques Becker con la maestría de quien graba con una maquina infalible a un genial vagabundo, un ángel abúlico y dependiente, un artista a tiempo completo que fue realizando su mejor obra en su propia persona, creando sobre sí mismo el retrato de un mito."
Iñigo Larrauri
2 may 2008
Maurice Utrillo y su madre, Suzanne Valadon
Pero su madre, Marie Clementine Valade, conocida como Suzanne Valadon, la modelo firmemente decidida a convertirse en artista, seguía su camino por los talleres de pintores y escultores. Posando para artistas como Puvis de Chavannes, Degas, Renoir, Toulousse Lautrec... pudo conseguir los medios económicos para que su hijo Maurice estudiara en un colegio privado, l’École de la Flesnelle, en la rue Labat. Pero Maurice no se adaptaba, tenía problemas de aprendizaje y fué trasladado de una escuela a otra, mostrando siempre una gran frustración y la sensación de abandono.
Escena de la película Maurice U. realizada por Eirik Smidesang Slåen, en 2005, sobre la biografía del pintor Maurice Utrillo, hijo de la también artista y modelo Suzanne Valadon.
Suzanne Valadon y su hijo, Maurice Utrillo
El propio Maurice Utrillo, recordaba que un día, yendo con su madre por la Rue Girardon, ésta le confesó que el hombre con barbas que iba por la otra acera, era su padre.
La pintora Lucie Valore, esposa de Maurice Utrillo, aseguraba tener pruebas de que el padre deMaurice había sido Puvis de Chavannes, de quien Suzanne había sido modelo. Y hablaba de la existencia de una carta en la que el maestro se comprometía a pasarle una pensión vitalicia de doscientos francos anuales.
Artistas de Montmartre, un libro.
Artistes de Montmartre
El libro, con gran número de fotografías y reproducciones, abarca ese periodo de la Historia del Arte (de 1860 a 1920) en que los artistas eligieron instalarse en la parisina colina de Montmartre.
Con ellos llegaron los cafés y cabarets, bailes, restaurantes, academias y talleres de pintura.
SUZANNE VALADON: "Eres de los nuestros"
Posó, por ejemplo, para todos los personajes que aparecen en"Bois sacré, cher aux Arts et aux Muses", de Pierre Puvis de Chavannes (1824-1898). Una gran obra decorativa que realizó entre 1884 y 1891 para el gran anfiteatro de la Sorbonne.