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Roger Fry invitó a Duncan Grant y Vanessa Bell a que se unieran en calidad de co-directores.
Contrarios a la división entre arte y artesanía, y en la tradición de las Arts and crafts de precedesores como William Morris, los Omega Workshops aplicaron las teorías post-impresionistas en el campo de las artes decorativas y el diseño.
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Los artistas del grupo tenían la ocasión de ampliar sus beneficios diseñando y decorando mobiliario, ropa de hogar y accesorios de todo tipo.
Fry pensaba que los objetos y mobiliario que diseñaban debían ser adquiridos por su valor estético y funcional más que por la reputación del artista, por eso eran producidos anónimamente, sin firma y marcados con el símbolo de la letra griega omega.
Los productos eras caros y recibían el interés de la prensa. Tenían entre sus clientes a Madame Vandervelde, Lady Cunard, Lady Ottoline Morrell, la princesa Lichnowsky, esposa del embajador de alemania y muchos de los amigos de Bloomsbury, como E.M. Forster y Ethel Sands.
Después de seis años de existencia, una combinación de factores llevó al cierre de los Omega Workshops Ltd., en 1919
Vanessa Bell y Duncan Grant siguieron colaborando en trabajos de decoración de casas privadas y encargos públicos. Su propia casa, en Charleston, Sussex, es un ejemplo vivo de la integración del arte en la vida cotidiana a través de la decoración, actividad en la que Vanessa demostró estar especialmente dotada y que comenzó a ejercer, de forma inconsciente, en el 46 Gordon Street.
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