“Entre las numerosas pintoras del siglo XIX es, sin duda alguna, Rosa Bonheur, una de las más famosas. Sus magníficos cuadros de animales y, en especial, de caballos pintados con gran perfección y maestría, adquirieron pronto enorme fama y popularidad y honraron a su autora.María Rosalía Bonheur, llamada Rosa, nace en Burdeos en 1822. Hija del pintor Raimundo Bonheur, fue su padre su primer maestro. Más tarde trabaja con Leon Cogniet.Se establece su familia en París, y por haber sufrido grandes reveses de fortuna tiene Rosa que abandonar el colegio donde se educaba e instruía, para ayudar en lo posible a su padre, cuyo único ingreso era el que le proporcionaban sus pinceles.Como Rosa para perfeccionarse en la pintura tiene que copiar del natural en el campo y en los mercados, lugares frecuentados por gentes groseras y rústicas, su padre la hace vestir con trajes masculinos.Su éxito artístico es grande y rápido. En 1841, son admitidas en el salón sus primeras obras (conejos, cabras y carneros), que adquieren en seguida notoria reputación.En 1845 es premiada con una tercera medalla y, en 1848, con una primera por su cuadro “La labranza en el Nirvenais”. Cuadro que el estado adquiere y que se conserva hoy en el Museo de Luxemburgo.Rosa Bonheur fue directora de la escuela femenina de dibujo y, entre otras muchas condecoraciones, llegó a ostentar la de Oficial de la Legión de Honor y la de Comendadora de la Orden de Isabel la Católica.Entre sus obras más famosas hay que citar: “Mercado de caballos de París”, “Recolección del heno en Auvernia”, “Burreros aragoneses”, “Poneys de la isla de Skye”, “Pastor bearnés” y otros muchos de animales en plena naturaleza.Fallece en Burdeos en 1899.Julieta Bonheur, llamada también señora Peyrol-Bonheur, hermana de Rosa, nace en París en 1830.Discípula de su padre Raimundo se dedica primero a a.la pintura de bodegones y después ala pintura de animales, género este en el que destaca.Contrae matrimonio con un pintor artista llamado Peyrol y después de su matrimonio dirige una academia de dibujo en París.Fallece e la capital de Francia en 1891.”-PEREZ-NEU, Carmen G.: Galería Universal de mujeres pintoras. Editora Nacional, Madrid, 1964: XXV aniversario DE LA PAZ ESPAÑOLA, pág.55-56; LÁMINA XXXI.ROSA BONHEUR(1822-1899)“Labranza en el Auvernais”
El texto tiene “su aquél” y el tufillo de la época: 1964: “XXV aniversario DE LA PAZ ESPAÑOLA” –como puede leerse en su portada, y está editado por la Editora Nacional – ahí es nada-. Así que… ¿qué esperabas…?
Sobre la lámina y el título de la obra reproducida… :
El título original de la obra, es “Labranza en nivernés”, también llamado El Sombreado” (Labourage nivernais, dit aussi Le Sombrage). El cuadro está en el Musée d’Orsay – Paris -.
Fechada de 1849, esta escena describe la primera labranza, llamada el "sombreado", que se realiza a comienzos del otoño y que abre la tierra, para que se ventile durante el invierno. Vemos en una pradera en medio de unos acertados valles, cercada por un cerro boscoso, dos tiros de bueyes arrastrando pesados arados y girando la tierra de un campo del que percibimos los surcos ya levantados.
Todo el interés se concentra en el tiro del primer plano, sobre estos bueyes del Charolés-Nivernés cuyo pelaje claro, rojizo y blanco, está realizado por la luz fría y clara que envuelve toda la escena. Se trata en primer lugar de una escena de animales, cuyos héroes son los mismos bueyes, dejando poco espacio al hombre: el ganadero parece bastante pequeño en este lienzo. Es un himno a la labor campestre cuya grandeza está todavía más magnificada que resulta fácil de oponerlo, en estos días que siguen la revolución, a las infamias de la ciudad. También es un reconocimiento de la provincia, aquí el Nivernés, de sus tradiciones agrícolas y de sus paisajes.
Todo ello logró que esta obra realista fuera casi por unanimidad alabada por la crítica. El Estado que la encargó a Rosa Bonheur en 1848 para el museo de Lyon, optó por conservarla en París, en el museo del Luxemburgo. Después entró en el Louvre tras la muerte de la artista, rica y famosa, en Francia, en Inglaterra, pero sobre todo en Estados Unidos, antes de añadirse a las colecciones del museo de Orsay.
Todo el interés se concentra en el tiro del primer plano, sobre estos bueyes del Charolés-Nivernés cuyo pelaje claro, rojizo y blanco, está realizado por la luz fría y clara que envuelve toda la escena. Se trata en primer lugar de una escena de animales, cuyos héroes son los mismos bueyes, dejando poco espacio al hombre: el ganadero parece bastante pequeño en este lienzo. Es un himno a la labor campestre cuya grandeza está todavía más magnificada que resulta fácil de oponerlo, en estos días que siguen la revolución, a las infamias de la ciudad. También es un reconocimiento de la provincia, aquí el Nivernés, de sus tradiciones agrícolas y de sus paisajes.
Todo ello logró que esta obra realista fuera casi por unanimidad alabada por la crítica. El Estado que la encargó a Rosa Bonheur en 1848 para el museo de Lyon, optó por conservarla en París, en el museo del Luxemburgo. Después entró en el Louvre tras la muerte de la artista, rica y famosa, en Francia, en Inglaterra, pero sobre todo en Estados Unidos, antes de añadirse a las colecciones del museo de Orsay.
Pues a pesar de todo, agradezco enormemente el trabajo realizado por Carmen G. Perez-Nau -que no debió ser nada fácil en su momento-.
Si quieres leer una versión casi igual de breve pero más acorde con nuestros tiempos…
- Museo Rosa Bonheur
- Y algo sobre su padre Raimond Oscar Bonheur –Raimundo-.
- Y algo sobre Anna Elisabeth Klumpke
- …
- O más extractos del libro Galería Universal de Mujeres
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